Hacia el camino a fortalecer el vínculo: escuela, alumnos y padres.
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Recibimiento a padres de primer año del secundario |
Introducción
La
escuela tradicional fue la manera eficaz que la sociedad industrial encontró
para extender los horizontes del hombre. Ese modelo fue el de la modernidad,
pero hoy la sociedad del conocimiento ha trasvasado estas necesidades. Hoy en
día se habla de educación de todos y para todos. El espacio del aprendizaje no
es sólo la escuela, sino toda la sociedad. Y el alumno ya no es el de antes,
sino que viene atravesado por distintas problemáticas sociales en donde la
familia aparece como un pilar lamentablemente un tanto ausente.
El
día a día de la escuela es lo que me parece que se ha deteriorado en los
últimos 20 o 30 años. El conjunto de la sociedad percibe que el Estado no le
puede garantizar que los niños vayan al colegio y se queden. En ese contexto
nos preguntamos qué puede hacer la escuela para revertir ese panorama.
La
escuela debería ser un lugar privilegiado para proporcionar una formación que
permita participar plenamente en la vida ciudadana y democrática, pero podemos
percibir hoy, que existe una contradicción entre el tipo de educación que se
proporciona en las escuelas, y el modelo de sociedad al que formalmente se
aspira. Lo que tendríamos que conseguir es constituir escuelas que sean
democráticas y que preparen a los individuos para actuar como auténticos
ciudadanos, y no como súbditos. ¿Cómo se hace? Aquí entra el papel de la
familia.
Creemos
que la participación de la familia en la vida escolar de los alumnos fomenta
una educación de este tipo, es decir, integral.
Fundamentación
La
educación, según J. Delors en el informe de UNESCO, debe cumplir un conjunto de
misiones que le son propias y debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes
fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en
cierto sentido, los pilares del conocimiento:
1.
Aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de
la comprensión;
2.
Aprender a hacer, para poder influir sobre el propio
entorno;
3.
Aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás
en todas las actividades humanas;
4.
Aprender a ser, un proceso fundamental que integra
elementos de los tres anteriores.
Los modelos y diseños
curriculares tradicionales entran en conflicto con las nuevas propuestas de
gestión curricular. Hoy el currículo se contextualiza desde la perspectiva de
los PEI, teniendo en cuenta las necesidades reales del entorno sociocultural e
institucional y se considera un proceso de construcción permanente, que como
estrategia básica trabaja por núcleos temáticos, actividades y resolución de
problemas, currículo que caracteriza al profesor como creador, productor,
mediador e investigador y que implica una práctica pedagógica
interdisciplinaria, integral, pertinente y coherente. Los conceptos anteriores
hacen que lo ideal del acompañamiento en el aula de clase deba ser despertar el interés en el estudiante y la
motivación por el aprendizaje,
razón por la cual el profesor debe
convertirse en un provocador del
aprendizaje. Para esto, debe contar con estrategias que ayuden al alumno a
adquirir habilidades de pensamiento que le garanticen la inferencia e
integración de conocimientos que le permitan su desarrollo integral.
Es, entonces, claro que la
manera como se asume el acompañamiento escolar va de la mano con el concepto
que se tiene de educación. Implica, no solamente que el estudiante adquiera
conocimientos, desarrolle habilidades y hábitos, se forme en valores, sino también, que aprenda a aprender, a autorregular su aprendizaje y a desarrollar
sus capacidades.
¿Cuál
es la función de la familia en este acompañamiento?
El acompañamiento escolar es
fundamental en la misión formadora del alumno para lograr la construcción y
reconstrucción de las metas del desarrollo humano. Además, ayuda a la institución
escolar en el fortalecimiento de los valores: autoestima, autonomía,
creatividad, felicidad, solidaridad y salud. En ese devenir, participa la resiliencia, entendida como esa
capacidad de salir adelante a pesar de la adversidad, situaciones que los alumnos
deben afrontar permanentemente en el ámbito escolar, ya sea por los compromisos
escolares o por las situaciones que deben sortear con sus pares, (por ej.:
bullying).
¿Qué
hacer?
Los padres deben
sensibilizarse con los cambios educativos de los hijos e identificar los
momentos del desarrollo en que se encuentran para apoyarlos adecuadamente. La
etapa de la primaria se caracteriza por una semidependencia, en la que los
niños requieren sentirse seguros, en un ambiente de confianza y diálogo, fomentar
el amor al esfuerzo y la perseverancia, lo que contruyendo el tejido de
resiliencia. En la secundaria, en cambio, la familia sigue siendo un contexto
muy importante, pero las formas de acompañamiento cambian. El diálogo y la
reflexión que ayuden a madurar, la toma de decisiones y el asumir las
consecuencias de éstas, son el camino hacia la autonomía, hacia el
responsabilizarse de su propio aprendizaje.
Conclusión:
Aprender no es solamente lograr cambios medibles
en los conocimientos, hábitos y habilidades. Aprender significa, ante todo, aprender a aprender: conocer
estrategias para el logro eficaz de tareas de aprendizaje, seleccionarlas
adecuadamente para cada caso y evaluar su uso; en resumen, responsabilizarse del propio aprendizaje.
El
acompañamiento en casa
puede fomentar el uso de estrategias de pensamiento y autorregulación que
potencien el aprendizaje, incluso si el profesor no las considera en clase.
Es necesario que cada alumno
conozca su propio proceso de aprendizaje, programe conscientemente sus
estrategias de aprendizaje, de memoria, y de solución de problemas, haga una
buena elección de las estrategias, se autoevalúe y, en definitiva, se
autorregule. Esto hará que se amplíe la capacidad y la eficacia del conocimiento.
Cada actividad escolar debe regularse desde antes de comenzar hasta la
conclusión de la misma. Se debe fomentar la planeación consciente de las
actividades escolares y del estudio: el
antes, el durante y el después. Este seguimiento
constante debe realizarse sobre el conjunto de factores que intervienen en
el desarrollo de una actividad: los personales, los de la actividad, y los del
ambiente.
De esta manera, el alumno
aprende no solo a autorregularse, a conocer sus puntos débiles y fuertes, sino también
a explotar sus capacidades y los beneficios de las diferentes estrategias y
técnicas de aprendizaje.
Bibliografía:
Díez M.
Aprendizaje y Currículum. Diseños Curriculares Aplicados. 5ª ed. Santiago de
Chile: FIDE; 1998: 160. Gómez JF, Posada Á, Ramírez H (coordinadores).
Puericultura. El arte de la crianza. Colombia: Editorial Médica Panamericana;
2000. Posada Á, Gómez JF, Ramírez H. El niño sano. Medellín: U. de A.; 1998.
Ministerio de Educación Nacional, República de Colombia. Serie Publicaciones para maestros. El conocimiento:
nueva riqueza, nuevo poder. Bogotá; 1997.
Artículo
de La Nación: “La vieja escuela no sirve en el S.XXI” Entrevista a la socióloga
Inés Aguerrondo.
Consejos a Padres
Formación
de hábitos y rutinas de estudio
En este campo es necesario considerar
los siguientes factores:
· El tiempo: las actividades deben ajustarse al
tiempo disponible para hacerlas, considerando las actividades de descanso como
la televisión, los videojuegos y las actividades extraescolares. La priorización
de éstas será coherente con las metas de desarrollo que se quiera lograr.
·
El lugar: debe haber en lo posible un espacio
físico con buenas condiciones de luz, temperatura y con mínimas distracciones, de
ruidos e interrupciones, en lo posible controlado por los padres.
·
Los materiales: antes de iniciar cualquier actividad
escolar se deben tener todos los recursos necesarios que se utilizarán
(cuadernos, lápices, internet).
· El desarrollo de las actividades: los niños deben realizar las
actividades independientemente, apoyarlos y orientarlos cuando lo requieran,
pero nunca hacerles la tarea o la actividad que les permite aprender. Si deben
consultar algún tema, deben aprender a buscar el contenido, ubicar la
información necesaria y resumirla. Es importante que el niño haga las tareas
aunque los padres no estén en casa. Debe haber revisión diaria de estas. Con
los jóvenes, si han tenido un buen acompañamiento, se espera que hayan
alcanzado un buen nivel de autonomía y autoestima, lo que les permite
responsabilizarse de su propio aprendizaje. El acompañamiento deberá ser más
desde la comunicación para estar atentos a identificar dificultades,
necesidades de apoyo y brindarlo cuando sea necesario.
Decálogo del acompañamiento escolar:
“1.
Es vital la comunicación familia–escuela para conocer la metodología y los
objetivos que persigue la institución, y cada año en particular, así como los
logros y dificultades de los hijos.
2.
El acompañamiento debe propender a la autonomía, al desarrollo de hábitos y
rutinas de estudio y de valores, y a la autorregulación del aprendizaje.
3.
Las tareas escolares deben cumplir la doble función de reforzar los conceptos
trabajados y desarrollar habilidades y valores significativos en la vida del
alumno.
4.
El establecimiento de hábitos de estudio, de formación de valores y
autorregulación del aprendizaje son procesos que se construyen con el tiempo y
que requieren un acompañamiento permanente.
5.
Ante la detección de dificultades de los alumnos debe buscarse oportunamente
ayuda si es necesario o tomar medidas correctivas. Un año no se pierde en el
último mes.
6.
La responsabilidad del proceso escolar es compartida entre padres y profesores.
Debe existir claridad ante los objetivos de las tareas escolares y la función
de cada uno en el acompañamiento.
7.
Las tareas escolares son importantes, pero también lo es el tiempo justo de
ocio productivo después de una jornada escolar.
8.
La ejecución de trabajos escolares en equipo cumple una función en el
desarrollo de cierto tipo de habilidades de interacción social, cooperación y
respeto por el otro. Como tal, deben facilitarse en las familias.
9.
Se debe diferenciar entre acompañar y sustituir al alumno en las tareas
escolares. En el desatrasarse, las investigaciones, las carteleras y otras
actividades, el adulto cumple la función de guía, y no de ejecutor.
10.
Los adultos deben asumir una actitud de escucha auténtica ante los
sentimientos, frustraciones, logros y dificultades del alumno en el ámbito
escolar.”
Luz Elena Gómez, Olga Liliana Suárez,
Grupo de Puericultura
Universidad de Antioquia
Lic. y Prof. Cynthia Herlein