sábado, 7 de abril de 2018

El Acompañamiento Escolar



Hacia el camino a fortalecer el vínculo: escuela, alumnos y padres.

Recibimiento a padres de primer año del secundario

Introducción

La escuela tradicional fue la manera eficaz que la sociedad industrial encontró para extender los horizontes del hombre. Ese modelo fue el de la modernidad, pero hoy la sociedad del conocimiento ha trasvasado estas necesidades. Hoy en día se habla de educación de todos y para todos. El espacio del aprendizaje no es sólo la escuela, sino toda la sociedad. Y el alumno ya no es el de antes, sino que viene atravesado por distintas problemáticas sociales en donde la familia aparece como un pilar lamentablemente un tanto ausente.

El día a día de la escuela es lo que me parece que se ha deteriorado en los últimos 20 o 30 años. El conjunto de la sociedad percibe que el Estado no le puede garantizar que los niños vayan al colegio y se queden. En ese contexto nos preguntamos qué puede hacer la escuela para revertir ese panorama.

La escuela debería ser un lugar privilegiado para proporcionar una formación que permita participar plenamente en la vida ciudadana y democrática, pero podemos percibir hoy, que existe una contradicción entre el tipo de educación que se proporciona en las escuelas, y el modelo de sociedad al que formalmente se aspira. Lo que tendríamos que conseguir es constituir escuelas que sean democráticas y que preparen a los individuos para actuar como auténticos ciudadanos, y no como súbditos. ¿Cómo se hace? Aquí entra el papel de la familia.

Creemos que la participación de la familia en la vida escolar de los alumnos fomenta una educación de este tipo, es decir, integral.

Fundamentación

La educación, según J. Delors en el informe de UNESCO, debe cumplir un conjunto de misiones que le son propias y debe estructurarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona, en cierto sentido, los pilares del conocimiento:
1.   Aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la comprensión;
2.   Aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno;
3.   Aprender a vivir juntos, para participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas;
4.   Aprender a ser, un proceso fundamental que integra elementos de los tres anteriores.

Los modelos y diseños curriculares tradicionales entran en conflicto con las nuevas propuestas de gestión curricular. Hoy el currículo se contextualiza desde la perspectiva de los PEI, teniendo en cuenta las necesidades reales del entorno sociocultural e institucional y se considera un proceso de construcción permanente, que como estrategia básica trabaja por núcleos temáticos, actividades y resolución de problemas, currículo que caracteriza al profesor como creador, productor, mediador e investigador y que implica una práctica pedagógica interdisciplinaria, integral, pertinente y coherente. Los conceptos anteriores hacen que lo ideal del acompañamiento en el aula de clase deba ser despertar el interés en el estudiante y la motivación por el aprendizaje, razón por la cual el profesor debe convertirse en un provocador del aprendizaje. Para esto, debe contar con estrategias que ayuden al alumno a adquirir habilidades de pensamiento que le garanticen la inferencia e integración de conocimientos que le permitan su desarrollo integral.

Es, entonces, claro que la manera como se asume el acompañamiento escolar va de la mano con el concepto que se tiene de educación. Implica, no solamente que el estudiante adquiera conocimientos, desarrolle habilidades y hábitos, se forme en valores, sino también, que aprenda a aprender, a autorregular su aprendizaje y a desarrollar sus capacidades.

¿Cuál es la función de la familia en este acompañamiento?
El acompañamiento escolar es fundamental en la misión formadora del alumno para lograr la construcción y reconstrucción de las metas del desarrollo humano. Además, ayuda a la institución escolar en el fortalecimiento de los valores: autoestima, autonomía, creatividad, felicidad, solidaridad y salud. En ese devenir, participa la resiliencia, entendida como esa capacidad de salir adelante a pesar de la adversidad, situaciones que los alumnos deben afrontar permanentemente en el ámbito escolar, ya sea por los compromisos escolares o por las situaciones que deben sortear con sus pares, (por ej.: bullying).

¿Qué hacer?
Los padres deben sensibilizarse con los cambios educativos de los hijos e identificar los momentos del desarrollo en que se encuentran para apoyarlos adecuadamente. La etapa de la primaria se caracteriza por una semidependencia, en la que los niños requieren sentirse seguros, en un ambiente de confianza y diálogo, fomentar el amor al esfuerzo y la perseverancia, lo que contruyendo el tejido de resiliencia. En la secundaria, en cambio, la familia sigue siendo un contexto muy importante, pero las formas de acompañamiento cambian. El diálogo y la reflexión que ayuden a madurar, la toma de decisiones y el asumir las consecuencias de éstas, son el camino hacia la autonomía, hacia el responsabilizarse de su propio aprendizaje.

Conclusión:

Aprender no es solamente lograr cambios medibles en los conocimientos, hábitos y habilidades. Aprender significa, ante todo, aprender a aprender: conocer estrategias para el logro eficaz de tareas de aprendizaje, seleccionarlas adecuadamente para cada caso y evaluar su uso; en resumen, responsabilizarse del propio aprendizaje.

El acompañamiento en casa puede fomentar el uso de estrategias de pensamiento y autorregulación que potencien el aprendizaje, incluso si el profesor no las considera en clase.
Es necesario que cada alumno conozca su propio proceso de aprendizaje, programe conscientemente sus estrategias de aprendizaje, de memoria, y de solución de problemas, haga una buena elección de las estrategias, se autoevalúe y, en definitiva, se autorregule. Esto hará que se amplíe la capacidad y la eficacia del conocimiento. Cada actividad escolar debe regularse desde antes de comenzar hasta la conclusión de la misma. Se debe fomentar la planeación consciente de las actividades escolares y del estudio: el antes, el durante y el después. Este seguimiento constante debe realizarse sobre el conjunto de factores que intervienen en el desarrollo de una actividad: los personales, los de la actividad, y los del ambiente.
De esta manera, el alumno aprende no solo a autorregularse, a conocer sus puntos débiles y fuertes, sino también a explotar sus capacidades y los beneficios de las diferentes estrategias y técnicas de aprendizaje.

Bibliografía:
Díez M. Aprendizaje y Currículum. Diseños Curriculares Aplicados. 5ª ed. Santiago de Chile: FIDE; 1998: 160. Gómez JF, Posada Á, Ramírez H (coordinadores). Puericultura. El arte de la crianza. Colombia: Editorial Médica Panamericana; 2000. Posada Á, Gómez JF, Ramírez H. El niño sano. Medellín: U. de A.; 1998. Ministerio de Educación Nacional, República de Colombia. Serie  Publicaciones para maestros. El conocimiento: nueva riqueza, nuevo poder. Bogotá; 1997.
Artículo de La Nación: “La vieja escuela no sirve en el S.XXI” Entrevista a la socióloga Inés Aguerrondo.


Consejos a Padres

Formación de hábitos y rutinas de estudio
En este campo es necesario considerar los siguientes factores:

·   El tiempo: las actividades deben ajustarse al tiempo disponible para hacerlas, considerando las actividades de descanso como la televisión, los videojuegos y las actividades extraescolares. La priorización de éstas será coherente con las metas de desarrollo que se quiera lograr.
·      El lugar: debe haber en lo posible un espacio físico con buenas condiciones de luz, temperatura y con mínimas distracciones, de ruidos e interrupciones, en lo posible controlado por los padres.
·      Los materiales: antes de iniciar cualquier actividad escolar se deben tener todos los recursos necesarios que se utilizarán (cuadernos, lápices, internet).
·  El desarrollo de las actividades: los niños deben realizar las actividades independientemente, apoyarlos y orientarlos cuando lo requieran, pero nunca hacerles la tarea o la actividad que les permite aprender. Si deben consultar algún tema, deben aprender a buscar el contenido, ubicar la información necesaria y resumirla. Es importante que el niño haga las tareas aunque los padres no estén en casa. Debe haber revisión diaria de estas. Con los jóvenes, si han tenido un buen acompañamiento, se espera que hayan alcanzado un buen nivel de autonomía y autoestima, lo que les permite responsabilizarse de su propio aprendizaje. El acompañamiento deberá ser más desde la comunicación para estar atentos a identificar dificultades, necesidades de apoyo y brindarlo cuando sea necesario.


Decálogo del acompañamiento escolar:

1. Es vital la comunicación familia–escuela para conocer la metodología y los objetivos que persigue la institución, y cada año en particular, así como los logros y dificultades de los hijos.
2. El acompañamiento debe propender a la autonomía, al desarrollo de hábitos y rutinas de estudio y de valores, y a la autorregulación del aprendizaje.
3. Las tareas escolares deben cumplir la doble función de reforzar los conceptos trabajados y desarrollar habilidades y valores significativos en la vida del alumno.
4. El establecimiento de hábitos de estudio, de formación de valores y autorregulación del aprendizaje son procesos que se construyen con el tiempo y que requieren un acompañamiento permanente.
5. Ante la detección de dificultades de los alumnos debe buscarse oportunamente ayuda si es necesario o tomar medidas correctivas. Un año no se pierde en el último mes.
6. La responsabilidad del proceso escolar es compartida entre padres y profesores. Debe existir claridad ante los objetivos de las tareas escolares y la función de cada uno en el acompañamiento.
7. Las tareas escolares son importantes, pero también lo es el tiempo justo de ocio productivo después de una jornada escolar.
8. La ejecución de trabajos escolares en equipo cumple una función en el desarrollo de cierto tipo de habilidades de interacción social, cooperación y respeto por el otro. Como tal, deben facilitarse en las familias.
9. Se debe diferenciar entre acompañar y sustituir al alumno en las tareas escolares. En el desatrasarse, las investigaciones, las carteleras y otras actividades, el adulto cumple la función de guía, y no de ejecutor.
10. Los adultos deben asumir una actitud de escucha auténtica ante los sentimientos, frustraciones, logros y dificultades del alumno en el ámbito escolar.”

Luz Elena Gómez, Olga Liliana Suárez,
Grupo de Puericultura
Universidad de Antioquia


Lic. y Prof. Cynthia Herlein


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